¿Qué son los ambientes de trabajo saludables?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2010) “son aquellos en los que tanto los trabajadores como los directivos realizan acciones conjuntas a fin de mejorar los procesos que lleven a la protección y promoción de la salud y el bienestar de todos los asociados y la sostenibilidad de la institución”
¿Por qué son importantes?
Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) se caracterizan por altas exigencias emocionales, debido al constante contacto con otras personas y a la alta carga afectiva que esto conlleva, teniendo un impacto directo en el desempeño, la salud y la calidad de vida de los profesionales; y un impacto indirecto en sus organizaciones, los usuarios de éstas, sus propias familias y la sociedad en general (Juárez García, 2004).
Por lo tanto, promover ambientes de trabajo que sean saludables trae variedad de consecuencias positivas como:
La salud física y mental de los trabajadores.
Trabajadores que contribuyen a alcanzar los fines de las organizaciones.
Organizaciones más exitosas y competitivas.
¿Qué aspectos debo cuidar para tener un ambiente de trabajo saludable en mi organización?
Según la OMS (2010) hay cuatro factores de debemos observar y mejorar constantemente para poder alcanzar este objetivo, estos son:
El ambiente físico, compuesto todas aquellas características del entorno físico en el que el trabajador desempeña su empleo.
El ambiente psicosocial, éste incluye varios elementos como el clima organizacional, la organización del trabajo, las actitudes, los valores, las creencias, así como las relaciones personales entre los trabajadores, que si no se cuidan pueden llegar a afectar el bienestar mental y físico de los empleados, convirtiéndose en importantes riesgos psicosociales.
Los recursos personales de salud en el trabajo, consisten en el entorno propicio, los servicios de salud, la información, las oportunidades y la flexibilidad que brinda una empresa a los trabajadores con la finalidad de poder apoyarlos o motivarlos para mejorar o mantener sus prácticas de estilo de vida saludable, así como vigilar y apoyar su salud física y mental.
Y por último la participación de la organización en la comunidad, que incluye las actividades que realiza la empresa, los conocimientos especializados y otros recursos que aporta a las comunidades en las que funciona, tanto en sus aspectos físicos como sociales.
